Resumen de Otoño
En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto del recuerdo.
Asombra a veces que el fervor del tiempo vuelva,
sin cuerpo vuelva,
ya sin motivo vuelva;
que la belleza, tan breve en su violento amor
nos guarde un eco en el descenso de la noche.
Y así, qué más que estarse con los brazos caídos,
el corazón amontonado y ese sabor de polvo
que fue rosa o camino.
El vuelo excede el ala.
Sin humildad, saber que esto que resta
fue ganado a la sombra por obra del silencio;
que la rama en la mano, que la lágrima oscura
son heredad, el hombre con su historia,
la lámpara que alumbra.
Asombra a veces que el fervor del tiempo vuelva,
sin cuerpo vuelva,
ya sin motivo vuelva;
que la belleza, tan breve en su violento amor
nos guarde un eco en el descenso de la noche.
Y así, qué más que estarse con los brazos caídos,
el corazón amontonado y ese sabor de polvo
que fue rosa o camino.
El vuelo excede el ala.
Sin humildad, saber que esto que resta
fue ganado a la sombra por obra del silencio;
que la rama en la mano, que la lágrima oscura
son heredad, el hombre con su historia,
la lámpara que alumbra.
Bruma
Buscar lo remoto con férvidas ansias
y en limbos extraños hundir obstinado el deseo.
Que el ritmo, lo Impar de Verlaine nos conduzca
y acordes oscuros de queda armonía
marquen nuestros pasos sobre el gris sendero.
Debussy... maestro... quiero sinfonias
que esbocen con notas pinturas de nieve y acero:
Baudelaire... te pido me des una pluma
que en noche de insomnio
hayas estrujado contra tu cerebro.
Manet, por los bordes de tus concepciones
vagaré anhelante de encontrar lo bello
que me niegan todos
los que no han tenido como tú el llamado
del aire, del ritmo, del amor y el cielo.
A aquellos que ansiosos de altura
con honda ternura se aferran al Arte dilecto.
Qiero incorporarme: desdeñar los claros,
firmes horizontes del actual camino
que hallaron mil veces los genios.
Prefiero con gesto absoluto y un rictus de firme osadía
en limbos extraños hundir obstinado el deseo.
Buscar lo remoto con fervidas ansias...
yo que sé que es difícil,
vago e hipotético.
Pero no abandono ni a Verlaine ni a Byron,
porque... ¿quién lo sabe?
Acaso de pronto,
nítido y brillante
del fondo impreciso de mis horizontes
brote el gran misterio...!
y en limbos extraños hundir obstinado el deseo.
Que el ritmo, lo Impar de Verlaine nos conduzca
y acordes oscuros de queda armonía
marquen nuestros pasos sobre el gris sendero.
Debussy... maestro... quiero sinfonias
que esbocen con notas pinturas de nieve y acero:
Baudelaire... te pido me des una pluma
que en noche de insomnio
hayas estrujado contra tu cerebro.
Manet, por los bordes de tus concepciones
vagaré anhelante de encontrar lo bello
que me niegan todos
los que no han tenido como tú el llamado
del aire, del ritmo, del amor y el cielo.
A aquellos que ansiosos de altura
con honda ternura se aferran al Arte dilecto.
Qiero incorporarme: desdeñar los claros,
firmes horizontes del actual camino
que hallaron mil veces los genios.
Prefiero con gesto absoluto y un rictus de firme osadía
en limbos extraños hundir obstinado el deseo.
Buscar lo remoto con fervidas ansias...
yo que sé que es difícil,
vago e hipotético.
Pero no abandono ni a Verlaine ni a Byron,
porque... ¿quién lo sabe?
Acaso de pronto,
nítido y brillante
del fondo impreciso de mis horizontes
brote el gran misterio...!